La innovación tiene en Budenheim
una larga tradición

¿Llegan las ideas así porque sí? Infortunadamente no. Podría parecer que las ideas innovadoras surgen de la noche a la mañana durante la realización de un trabajo concentrado en un proyecto de investigación. Nosotros hemos aprendido de este conocimiento y hemos hecho de ello la base de nuestro pensamiento y de nuestra forma de actuar. La consecuencia es que la voluntad de cambio ha sido desde siempre un proceso vivo y estructurado.

La innovación no tiene límites geográficos ni niveles jerárquicos

La innovación requiere un intercambio permanente a nivel mundial, un intercambio entre especialistas e inconformistas, expertos y aficionados, internos y externos. La base es siempre un proceso eficiente en el que no se pierden las ideas ni desaparece la energía. En Budenheim hemos hecho de este proceso una herramienta eficiente, "el proceso innovador de Budenheim". Este organiza el desarrollo de nuevas ideas, partiendo de su ubicación, pasando por su evaluación y refinamiento hasta llegar a su transformación y lanzamiento al mercado. En este tenso desarrollo, lo que juega un papel decisivo son la rapidez y la interacción con los clientes y las instituciones, con la ciencia y las asociaciones. Esta es la causa por la que hemos comprimido el proceso y hemos creado una cultura de innovación en cuyo terreno fértil pueden desarrollarse nuevas ideas.

A una idea NO le es indiferente el lugar donde nace.

La ideas no necesitan reglas ni límites y mucho menos cuando se están creando en la cabeza. Las ideas necesitan un ambiente muy especial, un clima de franqueza. En la búsqueda de ideas lo más importante es dejarse inspirar, estar dispuesto a ello y al mismo tiempo pensar sin dejar a un lado las conexiones.

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